martes, 5 de mayo de 2015

DIVERSIDAD O INVERSIÓN

Brígido Marquina

         Parafraseando al rabino sionista Kissel Mordekay, alias Carlos Marx, diríamos que “la mentira es la partera de la historia”, por eso Yahshua dijo: “el que me sigue no andará en tinieblas y el que conmigo no recoge, desparrama”. El sofisma (“afirmación falsa con apariencia de verdad. Falsedad que conduce a error”) domina la mente de una humanidad réproba, rebelada contra su Creador“. ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?” (Salmo 2:1). La violencia está apoderada del mundo; y los gobernantes, cumpliendo una profecía de Yahshua, legalizan el “matrimonio gay”. Yahshua, entre otras señales (Mateo24), predijo que antes del fin del mundo y de su venida la humanidad estará “como en los días de Noé (Mateo24:37-39) y de Sodoma y Gomorra” (Lucas 17:28-30). Días de violencia y homosexualidad. Dios destruyó la primera civilización con un diluvio (Génesis 6) y destruyó a Sodoma y Gomorra con fuego y azufre (Génesis 19). Con sofismas, Satanás, el engañador de las naciones, deprava al mundo. Se pretende hacer creer que la unión de un hombre con otro y de una mujer con otra, es “diversidad sexual”. A lo contranatural, a lo malo, se le llama bueno. Dice el apóstol Pablo en  1Cor9-11:

9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
11 Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Yahshua y en el Espíritu de nuestro Dios.

Hace poco un reconocido teólogo jesuita declaraba en un diario: “yo bendeciría una unión homosexual, pero no la consideraría matrimonio”.  Como si Dios bendijera a retazos. Balaam pretendía maldecir lo que Dios estaba bendiciendo (Números 22); y este teólogo, confundiendo al pueblo, bendice lo que Dios maldice. Falta que le hable la burra, como le habló a Balaam. Que le dice Pablo en Romanos 1:

1:25 ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.

1:26 Por eso, Dios los entregó también a pasiones vergonzosas: sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza.
1:27 Del mismo modo, los hombres, dejando la relación natural con la mujer, ardieron en deseos los unos por los otros, teniendo relaciones deshonestas entre ellos y recibiendo en sí mismos la retribución merecida por su extravío.
1:28 Y como no se preocuparon por reconocer a Dios, él los entregó a su mente depravada para que hicieran lo que no se debe.

Este teólogo balaamista debería saber que el que legítima el pecado lleva su parte:

1:32 Y a pesar de que conocen el decreto de Dios, que declara dignos de muerte a los que hacen estas cosas, no sólo las practican, sino que también aprueban a los que las hacen. 

La diversidad sexual y la homofobia, son sofismas. El homosexual no ama, sólo quiere ser adorado. La homosexualidad es un espíritu de seducción. El homosexual no nace, es seducido. Es un problema de narcisismo. La humanidad se extinguiría si adoptara la homosexualidad, además de la patología que conlleva, de graves consecuencias. La homofobia oculta la heterofobia del homosexual. La mejor manera de amar al homosexual, como persona humana, es predicarle la verdad, para que sea liberado por Yahshua y se salve. Odiamos el pecado de la homosexualidad y amamos al pecador, no hay tal homofobia. No hay diversidad sexual sino inversión de sexos, que es una “pasión infame”. La levadura del teólogo jesuita balaamista lo lleva a presentar además a un Dios palúdico, que “no castiga” y se le olvida que “Dios es amor, pero también es fuego consumidor”: 1Corintios11:28-32; Hebreos 10:26-31; 12:4-12; 29. 

Es una “horrenda cosa caer en las manos del Dios vivo”. No se puede ignorar voluntariamente la justicia divina y más cuando sabemos que los cielos van a incendiarse. 2Pedro3: 

10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!


Brígido Marquina es pastor no denominacional de la Iglesia Universitaria. 
Correo: paraclito888@hotmail.com; Teléfono: 04168899660;
Reunión: Domingos 11 am en los Bancos de Ingeniería UCV. 

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