Sobre el conflicto fronterizo.

“Rumores de guerras”

En estos últimos días, venezolanos, colombianos, ecuatorianos y hasta nicaragüenses estuvimos pendientes de la crisis fronteriza entre Ecuador y Colombia. Digo que estuvimos porque no quedó otra opción, era lo único que transmitían los medios.

“Rumores de guerras” como dice el Señor cuando habla de las señales de los tiempos.

“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres…Y todo esto será principio de dolores…” Mateo24:6-8

Sin embargo, cuesta creer en las supuestas enemistades de estos gobernantes y en sus supuestos enfrentamientos. Se trata del divide y vencerás del Imperio, aunque no precisamente estadounidense sino el Imperio de la Bestia, que es regentado por su amante Babilonia. Ya hemos hablado bastante sobre el poder de la célebre prostituta con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y de los moradores de la tierra que se han embriagado con el vino de su fornicación, Apocalipsis17.

La estrategia de la ramera no es otra que montar situaciones de conflicto mediante sus títeres/presidentes para justificar una guerra, que los pueblos se destruyan unos a otros y quedarse con los recursos de los países involucrados. Uno transgrede o agrede, el otro lo expulsa, un tercero y hasta un cuarto se ofenden, al final todos nos contentamos y nos abrazamos. Eso sí, si lo haces de nuevo, sí vamos a la guerra.

Los primeros mandatarios no son más que las divas de un show digno de Broadway. Insultos van y vienen, dos días después abrazos y apretones de mano van y vienen de la misma manera.

Pero como cristianos, no ignoramos las maquinaciones del enemigo, 2 Corintios 2:11. El Señor habla a sus hijos y les muestra que todos trabajan para un mismo amo. Revisando las noticias, nos encontramos con una toma muy oportuna hecha por una fotógrafa de Associated Press que se asemeja a otra que ya teníamos con anterioridad. En ambas sobresale el símbolo por excelencia del Imperio de la Bestia: el triángulo piramidal.